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Juan C. Starchevich

Lector

Carta de lectores

Elecciones triviales 2023 en Argentina

Cuando un país está en crisis emergen las trivialidades.

En la historia del mundo dentro del siglo XX ocurren cosas recurrentes que se infiltran como novedad en sociedades que no tienen memoria, más bien, en sociedades con su cultura destruida que, dentro de un mundo lleno de títulos universitarios, predomina la ignorancia ¿Por qué?

Cuando se derrocha y desprecia la cultura adquirida comienza a declinar la razón impulsando al hombre con fuerzas potentes hacia su propia involución. Estos pueden ser los ingredientes principales del significado del caos.

Dentro de estos desconciertos cualquier palabra enamora cuando te hace sentir la propia realidad que estás viviendo. Juntando varias palabras sueltas y haciéndolas durar un buen tiempo se genera un gran discurso de palabras sueltas que el que las escucha le puede dar el significado que quiere. No existen ideas, ni siquiera una, solo trivialidades que envalentona a las masas. Este fue el criterio que aplicó Hitler para conquistar el electorado de Alemania y crear el fenómeno Nazi. Jamás expuso una sola idea, solo trivialidades en sus largos discursos que encendía fuego en el pecho de todos sus seguidores.

Hitler tenía carisma, eso es innegable, entonces las trivialidades funcionaban muy bien en sus discursos, pero esas trivialidades en boca de nuestros candidatos políticos suenan de modo diferente porque no tienen carisma.

Nuestros candidatos políticos no tienen ideologías, aun cuando pretenden embanderarse con alguna de ellas, porque no tienen ideales, porque no tienen ideas, solo trivialidades. Esto se demuestra muy fácilmente al ver cuando alguien le pregunta algo importante a cualquiera de estos tres candidatos principales; se obtiene como respuesta un enojo, una agresión como devolución.

No estoy a favor de uno, ni tampoco en contra de todos, sino que solo soy espectador de este reality show que responsabiliza a todos los argentinos en proyectar su destino a lo largo de un camino minado, haciendo de la realidad en un enorme juego televisivo de una guerra real sacada de la ilusión de algún jueguito de la pc o del celular.

¿Alguien encontró alguna idea en Massa o en Bullrich o en Milei? Ninguna, solo trivialidades. ¿Acaso quieren reconstruir el país en trivialidades?

En pocos días debemos votar para elegir un nuevo presidente de la nación. La gente ni siquiera puede discutir para defender o estar en contra de alguno de ellos." Yo voy a votar por fulano", dice uno, pero cuando le preguntas por qué, no sabe qué responderte. No existe esa pasión que ilusionaba en la época de Perón o la de Alfonsín e incluso en la de Menem. No hay pasión ni ilusión ni alegría, sólo se habla del compromiso cívico de ir a votar por el menos malo para ser un ciudadano responsable, transformando la ilusión en un dolor semejante a sacarse una muela sin anestesia.

LA JUVENTUD

La juventud comenzó a marcar presencia, una presencia notable. Es la primera vez en la historia que la puja electoral no está entre los candidatos, sino entre los jóvenes y los adultos.

Los jóvenes han decidido tomar el timón ellos mismos barriendo imperativamente a todos los adultos del escenario, que solo les han dejado una herencia de pobreza y vergüenza.

No dan razones del por qué eligen a quién eligen, solo son un terremoto que desestabiliza a los adultos desmoronando implacablemente arrojando al suelo la vieja política actual hasta hace unas horas, que en el presente se ha vuelto obsoleta.

Si llegaran a ganar los jóvenes, que es un hecho, se manifestará una alegría muy particular, muy rara, como la de un gran festejo deportivo, sin caravanas (solo los adultos lo harán), sino desde las redes, en sus casas, con sus pc y sus celulares. Los políticos, de ahora en más, deberán gobernar para ellos, de lo contrario, peligrarán sus bancas del gobierno.

Los políticos gastan dinero en campaña, pero en vano. Los jóvenes hacen campaña solos, sin dinero, mediante las redes sociales. Van a ganar por formar un solo cuerpo íntimamente unido por una gran red, mientras que los adultos se muestran dispersos, obsoletos, desunidos y desorientados.

Ellos están proyectando un nuevo país, una nueva Argentina. Ellos serán los nuevos conductores del país. Es posible que, conscientemente, todavía no se den cuenta del arma cívico y social que están creando. Más poderoso que la bomba atómica y más fuerte que cualquier ideología política. Son ellos, los desconocidos, que emergen desde las profundidades de nuestra sociedad con el poder de coronar un presidente o de destituirlo de inmediato. Son el nuevo líder con poder arrasador.

ACTUALIDAD

El tiempo hoy pasa muy deprisa, lo que se planteó ayer hoy ya es obsoleto. La velocidad con la que ocurren las cosas va más allá de lo permitido por la razón común.

Si nos preguntamos: ¿Qué pasa y pasará con la justicia social, con la educación, la paz social, la soberanía nacional,… y la felicidad del hombre? Podemos respondernos que las hemos destruido, las tiramos a la basura. Si quisiéramos recuperarlas, solo encontraremos vestigios de ellas, en el mejor de los casos.

Las trivialidades no son capaces de recuperar ni reconstruir nada de ello. La juventud se da cuenta de esto y han tomado en serio su destino.

¿Qué debemos hacer los adultos?

Acompañar a los jóvenes, no existe otra posibilidad.

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