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Aldo Daniel Ávila

Abogado

Abogados (el relativo valor de la palabra empeñada)

Hace aproximadamente doce años, el representante en el Consejo de la Magistratura por el Colegio de Abogados de la localidad de General San Martín, desoyó las instrucciones que recibiera del Colegio de Abogados de Pres. Roque Sáenz Peña y votó por un candidato distinto al propuesto por los profesionales del derecho de esa ciudad. Siendo su voto decisivo en la designación de un Juez que no era a quien se apoyaba, conducta que mereció el repudio de gran parte de la colonia picapleitos y hasta recibió la condena de ser declarado "persona no grata". 

Para historizar, digamos que años antes, otros colegas de la segunda ciudad chaqueña que fueran elegidos como Consejeros de la Magistratura, no cumplieron las instrucciones recibidas y sus votos recayeron en postulantes distintos a los que fueran seleccionados y, finalmente, elegidos para cubrir el cargo en disputa, por la entidad asociativa local.

Así, fue otra la Jueza Civil y Comercial elegida y otro el Juez de Instrucción (cargo que existía por esos tiempos), en lo que se consideró una traición de los respectivos Consejeros en la oportunidad que les cupo actuar. 

Podemos decir, entonces y sin hesitar, que traiciones y deslealtades no son ninguna novedad en el mundo abogadil.

El martes de la semana pasada en la tercera ronda de propuestas del Consejo de la Magistratura, quedó ungida la nueva Jueza en lo Criminal de la Cámara Nº 1 de la ciudad de Pres. Roque Sáenz Peña, por mayoría de propuestas.

Esta elección provocó una serie de acusaciones recíprocas entre el delegado al Consejo por el interior (en este caso Sáenz Peña) y el delegado por el Consejo de Abogados de Resistencia.

Para saber por qué hablamos de deslealtades y traiciones, habría que saber cómo funciona (o debería funcionar) este supuesto "pacto de honor" o "tradición histórica" como lo están catalogando:

Los Colegios de Abogados o los abogados, tienen dos votos en el Consejo de la Magistratura y Jurado de Enjuiciamiento. Uno permanente por Resistencia y otro por el interior, que muda cada dos años. Y, le va tocando a cada Colegio según sea la Circunscripción a la que corresponda. Es decir, dos años Villa Ángela, otros dos Charata, Sáenz Peña, J.J. Castelli y así, sucesivamente, se van conformando los dos (2) votos que corresponden a los abogados. 

A la vez y para hacerlo más participativo, se elige un titular por la Circunscripción a que corresponde el delegado y un suplente por otra, también, prestablecido el orden. Ejemplo: Titular J.J. Castelli y Suplente P.R. Sáenz Peña. Titular Villa Ángela y Suplente Charata por adoptar al azar el modo de ejemplificar.

¿Ahora bien, cómo se desempeña y coordina el modo de votar o proponer candidatos en el Consejo de la Magistratura?

Si el postulante es para la ciudad de Resistencia el delegado del interior debe votar conjuntamente con el de la ciudad capital sin cuestionamientos de ninguna índole, porque se sobrentiende que quienes más conocen a sus pares y saben de sus conveniencias, son los del lugar para el cual será designado.

De la misma manera cuando él o la postulante, se desempeñará en el interior; a saber, la ciudad de Sáenz Peña –como en este caso- el voto de Resistencia debe acompañar al interior sin discrepancias, utilizando el mismo razonamiento que si la designación fuera para la metrópoli chaqueña. Y, de igual forma para cualquier localidad de la Provincia.

En una palabra, quien tiene la palabra (valga la intencional redundancia) es el Colegio de Abogados de la Circunscripción para la que será elegido el nuevo Magistrado/a o Funcionario/a. 

LA RUPTURA DE LA "TRADICIÓN HISTÓRICA":

Por todas estas razones, es que resultó extraño que en la elección del martes pasado (27/06/2023) el delegado titular al Consejo de la Magistratura por la ciudad de Resistencia votara en consonancia (o acuerdo) con la Ministro de Seguridad y Justicia del gobierno provincial y la Diputada del Bloque Justicialista. Demás está aclarar, que no dejó de ser un voto ideologizado o, al menos, partidista. Ya que los tres Consejeros responden al mismo espacio político.

La explicación se hace en razón de que Resistencia, es una Circunscripción que se encuentra dividida en Consejo y Colegio y sabido es que no responden a los mismos criterios políticos.

El Consejero perteneciente al Consejo de Abogados (valga la intencional redundancia) decidió –aparentemente- apostar a un voto político cuando el delegado por el Colegio de Abogados de Sáenz Peña, había optado por dar el voto a la postulante que reunía el apoyo del Superior Tribunal de Justicia y la Asociación de Magistrados y Funcionario del Chaco; o sea, del Poder Judicial, sumado al diputado que responde al bloque radical.

Ante esta situación el Consejero por Resistencia decide cambiar su voto y apoyar a quien ya tenía los números necesarios para ser designada, o sea, 4 sobre 7.

El delegado por Sáenz Peña afirma que pidió se dejara constancia en acta de dicha situación, habida cuenta que estaba emitida su propuesta por la candidata no electa.

De todos modos, el Alto Cuerpo, en comunicado oficial informó que la ronda de propuestas finalizó 5 a 2, a favor de la jueza designada. Es decir, que el voto del Consejero por Resistencia se habría computado como él lo pidiera y no como refiere el delegado por Sáenz Peña.

Esta ensalada de dimes y diretes, como verán, es impropia de lo que debería ser la conducta o el manejo de los representantes de abogados ante una situación tan trascendente como lo es, la designación de un/a magistrado.

No sabemos por qué el delegado por el Consejo de Resistencia habría votado en contrario a lo decidido por el representante del interior. Y no sabemos, tampoco, cómo se dieron los acontecimientos si ello no quedó, debidamente, asentado de manera fehaciente en el acta que acredita la producción de ese hecho.

Lo cierto es que a esta sumatoria de desprolijidades sólo podemos agregarle desaciertos anteriores. Enfrentamientos inútiles. Y la posibilidad de convertirnos en inmerecedores de un servicio de justicia más calificado y eficiente.

Nada se podrá construir si no se respeta el valor de la palabra empeñada. Si la conjugamos con un relativismo moral que provoca estas consecuencias.