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Ricardo Bustos

Locutor Nacional - Comunicador

El barullo también es mala siembra

Siempre he sido respetuoso en mi vida. Desde niño con mis mayores familiares, amistades o personas que no conocía. Ese mismo trato, me acompaña hasta estos días y alcanza a la máxima autoridad de mi país. 

Respeto las investiduras, porque creo, estoy convencido que no se puede tratar a un Presidente por nuestra ideología, olvidando que del otro lado hay millones de argentinos que le otorgaron la confianza con su voto. Lo mismo pido de las autoridades hacia el pueblo.

Creo que el señor presidente debería controlar un poco su sistema nervioso porque está haciendo manifestaciones que lesionan más el tejido social de las personas en esta época de crisis. Por un lado, nos dice que, "nunca nos olvidemos que debemos estar más unidos que nunca porque nuestra división solo permite que la Argentina una vez más vea postergar sus ilusiones".

y enseguida remata con un agravio a quienes equivocados o no, son partidarios de otras opciones ideológicas. "Pidió unidad "para que la derecha maldita no vuelva a gobernar". Olvida el Excelentísimo Señor Presidente, que a la "derecha maldita" como argumenta en su discurso, también la votaron millones de argentinos que no optaron por la propuesta suya. 

Tiene razón el Señor Presidente cuando dice que "se aproximan elecciones, hay mucho barullo en la política, que haya todo el barullo que quiera haber", planteó el mandatario en la previa a la reunión del Partido Justicialista (PJ) que tendrá lugar mañana, y continuó: "Pero por favor, nunca nos olvidemos que debemos estar más unidos que nunca porque nuestra división solo permite que la Argentina una vez más vea postergar sus ilusiones". Debería agregar, que hay mucho barullo en sus filas y la oposición, solo que el barullo de sus filas, está llevando la economía al abismo y el dólar por las nubes, produciendo una incertidumbre fatal que recuerda momentos muy difíciles de nuestra historia contemporánea. La oposición, con sus grandes culpas, no está gobernando, pero si es cómplice de las decisiones que se toman. Una Legislatura vacía de contenido y producción de leyes, que solo sirve para una rosca política entre ellos para ver quién se queda con la única y muy pequeña porción de la torta de aquello que una vez fue una República próspera, donde la gente trabajaba, era feliz y confiaba en sus gobiernos, cualquiera sea su ideología. 

Unos 47 millones de argentinos (suponiendo que sea verdad el censo) habitamos esta maravillosa tierra y más de la mitad, están al borde del hambre. Adultos mayores o niños, los dos extremos etarios, con graves casos de desnutrición porque no ingieren lo más elemental que el cuerpo humano requiere para la supervivencia, son la prueba más cruel de lo que está sucediendo en nuestra Argentina hoy. También esto, es culpa del barullo propio y ajeno. Esta gente cobra mucho por el barullo. El dinero proviene de los que hacemos silencio.

"Hay personas que solo abren la boca para criticar, lastimar y hablar mal del prójimo, y con o sin razón hacen daño sin compasión. No se dan cuenta que toda maldad vuelve multiplicada. Años más tarde se quejan de su mala suerte. No era mala suerte. Era mala siembra".