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Talaron unos 12 eucaliptos en la Isla del Cerrito: la trágica historia detrás de la decisión

En diciembre de 2018, Gladis Soria de 32 años circulaba en una motocicleta junto a su hija de 11 años en Isla del Cerrito cuando un eucalipto de tamaño grande cayó sobre el rodado, provocando la muerte de la mujer y diversas heridas a la niña que logró sobrevivir. Poco más de cuatro años después, luego de desmontar parcialmente varios árboles en aquella oportunidad, el Municipio decidió talar unos 30 eucaliptos.

Varios lectores de Diario Chaco  enviaron videos manifestando su malestar por la tala que se estaba realizando en los alrededores de la peatonal Uriburu. Al respecto, Pablo Ayala, asesor del intendente y funcionario municipal dio precisiones sobre las tareas que están llevando adelante.

"Los árboles son eucaliptos que están ya sin vida, todos secos y ya hemos consultado con el área de Medio Ambiente de Gobierno y nos dijeron que los árboles hay que sacar porque ya tuvimos la triste experiencia de una señora a la que le había caído uno de esos árboles y le quitó la vida y su hija se salvó de milagro. Están todos marcados los que hay que sacar, obviamente después de esto tenemos planificado por parte del Municipio hacer una reforestación", explicó a este medio.


Proyectan talar unos 30 árboles debido a la peligrosidad que representan ya que, explicaron, "son muy grandes y las raíces no van hacia abajo, sino que se extienden por fuera, al ras de la tierra. Cualquier tormenta que hay se caen los gajos que están podridos y es muy peligroso".

Pese a esto, algunos de los tradicionales eucaliptos no serán extraídos y aquellos que fueron talados serán remplazados por árboles autóctonos como el lapacho de distintos colores. 

"Los árboles caen solos, ya tuvimos esa experiencia y cortaron cables o todo lo que tiene alrededor. Cayó incluso por el techo de la escuela secundaria, en la primaria, también le tocó a un vecino. Son árboles que son demasiados grandes y después no se lo puede contener", justificaron desde el Municipio añadiendo que: "Nunca quisimos tocar esos árboles, pero después con el tiempo se empezaron a caer y después tuvimos la triste historia".

"El problema a veces es que eso se pudre por dentro, por fuera lo mirás y está espectacular, pero por dentro ya está el hueco y se sostiene por la cascara", concluyó Ayala. 

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