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Máximo Thomsen se descompensó después de escuchar la condena a perpetua

Máximo Thomsen, uno de los ocho rugbiers condenados a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa se descompensó luego de escuchar la sentencia por el crimen de Fernando Báez Sosa.

Se lo vio afectado, llorando y finalmente se descompensó y tuvo que ser asistido por un oficial del servicio penitenciario que custodiaba la sala. Después, otros condenados se sentaron junto a él.

Thomsen tiene 22 años y hasta antes que ocurriera el asesinato en la ciudad balnearia estudiaba Educación Física en la ciudad de Zárate. El joven practicó rugby a lo largo de toda su infancia en el Arsenal Zárate. Pero en 2017 se unió al Club Atlético de San Isidro (CASI), que actualmente lo suspendió.

Es señalado por la Justicia como el rugbier que le dio la patada mortal a Fernando el 18 de enero de 2020, a la salida del boliche de Villa Gesell. Una de las pruebas que incriminaban a Thomsen es una zapatilla de lona negra manchada con la sangre de la víctima que le pertenecía. La encontraron en la casa que los rugbiers habían alquilado en la costa.

Un audio de WhatsApp entre amigos en común de los rugbiers expuso la actuación de Thomsen en el crimen. "Le pegó no sé cuántas patadas en la cabeza y la última lo mató", se escucha decir a un joven agendado en el grupo como Juani Neme.

Thomsen rompió el silencio por primera vez en el juicio: "Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien".

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