Juicio por el crimen de Nora Dalmasso: absolvieron a Marcelo Macarrón

Finalmente, el crimen de Nora Dalmasso sigue impune 15 años después. El jurado popular absolvió por unanimidad este martes, pasada las 16.30 horas, a Marcelo Macarrón, tal como lo solicitó el fiscal Julio Rivero durante el alegato este mediodía en los tribunales de Córdoba.
Tras deliberar por casi una hora, y luego de tres meses de audiencias, más de 200 testigos y un expediente de 7.000 fojas repartidas en 34 cuerpos (más ocho anexos de pruebas), un jurado popular declaró la absolución del viudo, tal como lo había solicitado el fiscal y el abogado defensor Marcelo Brito.
El crimen de Dalmasso ocurrió el 25 de noviembre de 2006 en su casa del barrio Villa Golf, de la ciudad cordobesa de Río Cuarto.
Este mediodía el fiscal Julio Rivero desistió de la acusación contra el viudo por faltas de pruebas, en medio de duras críticas a la investigación contra sus colegas, la policía e incluso los médicos y peritos forenses. En ese marco llegó la resolución final que favoreció al hombre que había llegado al juicio acusado por el delito de "homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal".
"Soy inocente", expresó el viudo en una breve intervención, mientras que su abogado, Marcelo Brito, criticó en duros términos a los fiscales al asegurar que a la escena del crimen "la pisotearon, llegó el fiscal una hora después y en lugar de asumir la investigación dejó en manos de inexpertos. Ahí empezó proceso de tanto dolor, desconcierto y desconfianza social".
El fiscal Rivero concluyó en no poder probar el planteo de Pizarro y pidió la absolución de Macarrón.
"No la mató Macarrón, ni la mató un sicario. La mató una sola persona. Un hombre conocido por ella que lo más probable es que la haya estado esperando. Acto seguido se produjo un acto sexual consentido. La sujetó con ambas manos, la dejó inconsciente, tomó el cinto, hizo doble nudo para asegurarse el resultado final. Luego la cubrió con las sábanas de los tobillos al abdomen, en señal de rechazo, de respeto, de pudor, de dejar un mensaje de que no la abusó", explicó el funcionario.
Y justificó, "¿Estoy obligado a mantener la acusación de Pizarro? Como fiscal no me puedo dejar llevar por cuestiones subjetivas ni emocionales. No puedo dictaminar cediendo a presiones mediáticas ni sociales. Debo evaluar la prueba de manera objetiva. Como fiscal no puedo torcer la voluntad de la prueba porque se me dé la gana. Debo decirles que como fiscal soy el abogado de la sociedad. no me autoriza a ser tan irresponsable, tan oportunista de acusar por que sí".
Terminado el alegato del fiscal, Macarrón supo que su destino no era otro que la absolución, y rompió en llanto. Se abrazó con sus hijos, con su abogado Marcelo Brito y sólo atinó a repetir "soy inocente" cuando se le dio la posibilidad de dar sus últimas palabras.