Otra empresa en Estados Unidos afirmó haber pagado coimas en Argentina

Tras la declaración de la empresa de residuos norteamericana, Stericycle, que afirmó haber coimeado funcionarios argentinos entre 2011 y 2016 para obtener contratos millonarios en el país, ahora salen a la luz distintas firmas extranjeras que también gastaron fortuna en sobornos a funcionarios nacionales.
A pesar de que los nombres de estos todavía no se conocen, se sabe los años y también que la maniobra, que se replicaba en Brasil y México, era llevada a cabo con palabras clave: "alfajor" e "IP", en el caso de Stericycle Argentina.
Son al menos doce las empresas que admitieron en Estados Unidos haber pagado sobornos en Argentina durante las últimas dos décadas, sin condena alguna.
Dentro del listado de estas firmas, según relató La Nación, se encuentran empresas como IBM, Ralph Lauren, Odebrecht, LAN y Ferrostaal. También están Stryker Corporatio, Helmerich & Payne, Ball, Biomet y Dallas Airmotive.
Si bien no todas estas empresas son estadounidenses, sí fueron alcanzadas por el escándalo ya que cotizan en ese país.
El miembro del comité directivo del Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica (Cipce), Nicolás Macchione, señaló que en Argentina "la impunidad es total" y que "las personas no son juzgadas, los bienes producto de los ilícitos no son recuperados".
"El Ministerio Público Fiscal está inmovil. El Poder Judicial no juzga y cuando lo hace tarda 14 años, además de que tiene integrates sospechados", agregó.
La firma Odebrecht, por ejemplo, admitió en Brasil y Estados Unidos que pagó sobornos en Argentina por al menos USD 35 millones. Según algunos de sus máximos ejecutivos, las coimas fueron al entorno del entonces ministro, Julio de Vido, con la ayuda del empresario Carlos Wagner y el lobista Jorge "Corcho" Rodríguez.
Sin embargo, las investigaciones en Argentina tampoco registran una condena, según señaló La Nación.
Respecto a Stericycle, el secretario adjunto del Departamento de Justicia, Kenneth A. Polite Jr. señaló que la empresa "mantuvo libros y registros falsos para esconder los pagos corruptos que hicieron sus subsidiarias en Brasil, México y la Argentina".
Entre todos los sobornos, la empresa pagó alrededor de USD 10,5 millones que le significaron ganancias por al menos USD 21,5 millones. Los pagos se hicieron, en su mayoría, en efectivo.